Incontinencia fecal

Es la salida involuntaria, repetida e incontrolable de materia fecal a través del ano de tres meses de duración.

Pueden existir diferentes presentaciones:

  • Incontinencia fecal de urgencia: el paciente tiene deseos urgentes de evacuar y es incapaz de contener la salida de materia fecal antes de llegar al baño.
  • Incontinencia fecal pasiva: el paciente no se da cuenta de la salida de materia fecal o de los gases. Frecuentemente ocurre durante la noche.
  • Pérdida o manchado fecal: es la salida de pequeñas cantidades de materia fecal, sólida o líquida, habitualmente después de una evacuación. Se manifiesta por el manchado frecuente de la ropa interior.

Puede ocurrir en todos los grupos de edad, desde los recién nacidos hasta los ancianos. Es rara en pacientes menores de 45 años y su frecuencia aumenta con la edad. En los ancianos que viven en asilos, la incontinencia ocurre en más de la mitad de los pacientes. Es más común en obesos, diabéticos, en personas con enfermedad Inflamatoria del intestino, trastornos neurológicos como accidentes vasculares cerebrales o enfermedades degenerativas (demencia, Parkinson) y en personas con cirugías del ano y recto. Es frecuente en mujeres que tuvieron partos difíciles con bebés mayores de 4 kilos, uso de fórceps, o desgarros perineales.

Siempre. Todo paciente que tenga incontinencia fecal, no debe de tener pena de acudir a la valoración médica. Este problema requiere de una evaluación detallada de las causas y así poder seleccionar el tratamiento más apropiado.

La incontinencia fecal ocurre cuando uno o más de los mecanismos que permiten retener la materia fecal están alterados. Éstos incluyen la sensibilidad del recto a la presencia de materia fecal, el esfínter anal y los músculos del piso pélvico.

La mayoría de los pacientes con incontinencia fecal tienen más de una causa. Las más comunes son:

  • Lesiones del esfínter anal por cirugías de hemorroides, fisuras o fístulas anales y desgarros o lesiones anorrectales durante el parto
  • Anormalidades anatómicas del piso pélvico como el prolapso rectal (salida del recto a través del ano).
  • Debilidad del esfínter anal por enfermedades como la diabetes, escleroderma o neuropatías.
  • Enfermedades del sistema nervioso como demencia, accidentes vasculares cerebrales (infartos, hemorragia) , esclerosis múltiple, etc.
  • Lesiones congénitas anorrectales
  • Enfermedades inflamatorias (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa) o funcionales (síndrome de intestino irritable) del colon.

La edad avanzada, obesidad, diabetes, enfermedades crónicas que cursen con diarrea, cirugías de piso pélvico o anales y antecedentes ginecológicos de partos, episiotomías, bebes de gran peso, uso de fórceps o desgarros durante el parto, son factores que predisponen a desarrollar incontinencia fecal.

La incontinencia fecal tiene 2 complicaciones importantes:

  • Irritación crónica de la piel de la región perianal producida por el contacto frecuente con materia fecal que ocasiona comezón y el desarrollo de úlceras
  • Trastornos psicológicos: la incontinencia fecal produce una pérdida de la autoestima, aislamiento social, ansiedad, depresión y deterioro de la calidad de vida

El diagnóstico se realiza con la evaluación de los síntomas por parte de un médico en especial de un Gastroenterólogo o Coloproctólogo. La evaluación incluye:

  • Examen de la región perianal y tacto rectal con el cuál el médico puede evaluar las condiciones de la piel, la debilidad del esfínter anal y la sensibilidad del recto.
  • Manometría anorectal: Consiste en la introducción en el recto de una sonda delgada con un globo pequeño, que permite hacer mediciones de la fuerza del esfínter anal, la sensibilidad del recto, los reflejos rectoanales y la capacidad del recto. Este procedimiento se hace en el consultorio y tiene una duración de 20 minutos. No requiere sedación o anestesia
  • Ultrasonido endoanal: Consiste en la introducción de una sonda de ultrasonido en el recto, que permite valorar la integridad anatómica o la presencia de lesiones del esfínter anal. También se realiza en consultorio, sin sedación o anestesia.
  1. Dieta. Se recomienda evitar alimentos que sean irritantes y laxantes. Un adecuado consumo de fibra para hacer que las heces tengan mejor consistencia y sea más fácil de controlarlas cuando llegan al recto.

  2. Estilo de vida. Tratar de evacuar antes de salir de casa y dependiendo de la severidad del caso uso de pantiprotectores o pañales.

  3. Medicamentos:
    • Antidiarreicos, como la loperamida, ayuda a aumentar la consistencia de las evacuaciones e incrementa la fuerza del esfínter anal
    • Fibras solubles como el psyllium (metamucil) que hace consistentes las evacuaciones y de fácil expulsión
    • Fijadores de sales biliares como la colestiramina que aumenta la consistencia de las heces fecales.

  4. Terapia de bioretroalimentación: Es una terapia de ejercicios para fortalecer el esfínter anal y mejorar la sensibilidad del recto a la presencia de materia fecal. Se realiza utilizando una sonda de manometría anorrectal. Se realiza en el consultorio y cada sesión dura 30 minutos. Las sesiones se realizan 1 a 2 veces por semana y se requiere un mínimo de 5 sesiones. El paciente debe tener funciones cognitivas cerebrales adecuadas para entender la dinámica de los ejercicios y estar motivado a realizar los ejercicios en casa, una vez concluida la terapia en el consultorio.

  5. Estimulación de los nervios sacros: consiste en la implantación de un estimulador a manera de marcapaso que genera impulsos eléctricos a los nervios localizados dentro del sacro (último hueso de la columna vertebral). Este tratamiento está indicado en pacientes que hayan fallado a otras terapias.

La incontinencia puede requerir de cirugía cuando no hay respuesta al tratamiento con modificaciones a la dieta, medicamentos o ejercicios, o bien, cuando exista una lesión importante de los esfínteres o existan anormalidades anatómicas que producen incontinencia como el prolapso rectal.

Dra. Mercedes Amieva Balmori
Laboratorio de Fisiología y Motilidad digestiva
Instituto de Investigaciones Médico-Biológicas de la Univ. Veracruzana
Instituto Mexicano del Seguro Social H.G.R.O.

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