Cólico del lactante

El llanto y la irritabilidad del bebé es un motivo de gran ansiedad y preocupación para los padres. El cólico infantil es una condición común en los primeros meses de la vida, caracterizado por largos periodos de llanto que aparecen sin causa aparente y en muchas ocasiones son difíciles de controlar . Se conoce que éste trastorno puede afectar a uno de cada 5 niños, no tiene una causa precisa de su origen y tiende a autolimitarse a la edad de 5 meses .

Tradicionalmente el cólico del lactante se definía por la conocida regla de los 3, es decir, que ocurría en niños que presentan llanto e irritabilidad por más de 3 horas , más de 3 veces por semana , por al menos 3 semanas. Opiniones de expertos, conocidos como Criterios de Roma IV establecen los datos clínicos para su diagnóstico y se muestran en el cuadro 1.

Aunque el cólico es un síntoma causado por diversos padecimientos que aquejan a los niños, sólo un 5% de los pacientes que lo presentan, cuentan con una enfermedad bien determinada (orgánica). Signos de alarma que orientan a un padecimiento orgánico son la pérdida de peso, sangrado de tubo digestivo, inflamación abdominal, convulsiones, vómitos y fiebre.

La causa del cólico infantil es aún desconocida y ha sido motivo de mucha investigación. Algunos estudios han buscado asociarlo a malas técnicas de alimentación, ya sea una sobrealimentación o por el contrario que sea insuficiente. Se ha argumentado que la infrecuente provocación del eructo posterior a la alimentación, pudiera tener alguna relación. Otras investigaciones han documentado que la excesiva vigilancia y preocupación de los padres o cuidadores, puede generar que se presente de forma más frecuente.

Algunas teorías sugieren que el cólico puede ser secundario a intolerancias alimentarias, como intolerancia a la lactosa o a proteínas alimentarias, como pudiera ser la proteína de la leche de vaca. De forma reciente, algunas investigadores han formulado la teoría de que el cólico no es necesariamente una manifestación de un problema digestivo, sino más bien la expresión de un trastorno originado fuera del aparato gastrointestinal . Se ha documentado que las madres con migraña tienen dos veces más riesgo de tener un bebé que presente cólicos, así como que el riesgo de padecer migraña en la vida adulta, es mayor si se padeció de cólicos durante la lactancia. Si el cólico es realmente la manifestación de dolor en un sitio extradigestivo es motivo de investigación.

Factores como una excesiva ansiedad de los padres, depresión o estrés excesivo en la madre  durante el embarazo, han mostrado relacionarse a la presencia del cólico. Algunos otros investigadores afirman que el cólico es tan sólo parte del proceso normal del neurodesarrollo.

Actualmente una de las teorías que han cobrado mayor relevancia es que los pacientes con cólico pueden reflejar un desequilibrio en los microbios que habitan su intestino (microbiota). Estudios realizados en niños con cólico a través del cultivo de la materia fecal y análisis molecular de las cepas bacterianas presentes en la misma, han encontrado una disminución de la diversidad microbiana al compararlos con niños asintomáticos. También se ha demostrado incremento de bacterias como Escherichia coli, género Proteobacteria y Klebsiella  (que promueven la inflamación) y una disminución de Bifidobacterium, Lactobacillus y Bacteroides  ( que disminuyen la inflamación). Lo anterior ha promovido la investigación en el tratamiento del cólico a través del uso de probióticos (bacterias vivas que ingeridas confieren salud al huésped).

Mayor número de investigaciones se requerirán para definir con una mayor claridad las afirmaciones de cada una de estas teorías.

La principal herramienta de diagnóstico del niño con cólico, es la realización de un buen interrogatorio y exploración física, con el fin de descartar padecimientos orgánicos que generen la sintomatología. Los criterios de Roma IV expuestos previamente, permitirán al médico realizar el diagnóstico del cólico infantil, sin necesidad de realizar estudios complementarios en ausencia de datos de alarma.

En más del 90% de los casos el cólico no requiere tratamiento, sin embargo el médico debe evaluar condiciones vulnerables en los padres y cuidadores que permitan ofrecer un apoyo en  aspectos como depresión, soporte familiar, consejos en técnicas de alimentación y cuidados específicos del bebé. Una clara explicación de la naturaleza funcional o “benigna” de este trastorno permite generar una mayor tranquilidad y tolerancia por parte de la familia.

Medicamentos frecuentemente utilizados para el tratamiento del cólico, como la simeticona, que se utiliza para aliviar la excesiva acumulación de gas intestinal, no han demostrado utilidad en el manejo del cólico infantil. Fármacos que disminuyen la secreción ácida del estómago como la ranitidina o el omeprazol, no han demostrado tampoco ser de beneficio.

El uso de fórmulas de soya, parcial o extensamente hidrolizadas, con modificación en su contenido de lactosa o adicionadas con lactasa, no cuentan con la suficiente evidencia científica para ser recomendadas en el tratamiento del cólico infantil.

Terapias alternativas como la acupuntura, métodos quiroprácticos y la administración de terapias herbales, no cuentan con evidencia suficiente para recomendar su utilización.

Diversos estudios realizados en Italia, Polonia, Canadá y China han utilizado el probiótico Lactbacillus reuteri DSM 17938  ,en el tratamiento del cólico infantil,  demostrando que al ser administrado en gotas por vía oral durante 3 a 4 semanas, producen una disminución del tiempo de llanto e irritabilidad .  Algunos otros probióticos como Lactobacillus GG y el Streptococcus thermophilus administrado junto con prebióticos (compuestos no digeribles que estimulan el crecimiento de bacterias benéficas para la salud) han mostrado ser de utilidad en algunas investigaciones.

El niño con cólico cuenta con un excelente pronóstico, cediendo los síntomas entre los 4 y 5 meses de edad en el 100% de los casos. Algunos estudios han dado seguimiento al niño que padeció cólicos durante la lactancia, encontrando que de forma más frecuente presentaban síntomas de dolor abdominal crónico y alergias (dermatitis atópica, rinitis, asma y alergias alimentarias) al ser seguidos durante 10 años. Se considera que las alteraciones de la microbiota, pueden asociarse a dicha evolución, sin embargo mayor número de estudios se requerirán para hacer afirmaciones definitivas.

Dr. José Antonio Chávez Barrera
Departamento de Gastroenterología Pediátrica
Centro Médico La Raza IMSS

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