Más que una enfermedad, la dispepsia es un conjunto de síntomas que pueden ser ocasionados por varios padecimientos. La mayor parte de la gente identifica a esta entidad como “gastritis”.
Hablamos de dispepsia cuando está presente al menos uno de los siguientes síntomas:
- Dolor en la parte media y alta del abdomen.
- Ardor o sensación de quemazón en la parte media y alta del abdomen.
- Saciedad temprana. Se refiere a esa sensación de llenura cuando se empieza a comer y que limita o impide que una persona termine una comida normal.
- Plenitud postprandial. Cuando una persona que ha ingerido una comida de tamaño normal se siente excesivamente llena.
También pueden estar presentes otros síntomas, como náuseas. Sin embargo si estos son muy intensos u ocasionan vómitos, puede tratarse de otro padecimiento.
La dispepsia se puede presentar tanto en hombres como en mujeres. Se presenta en jóvenes, en adultos y en adultos mayores. Es particularmente frecuente en la edad productiva de la vida entre los 20 y 50 años de edad.
Los individuos que padecen síntomas de dispepsia generalmente acuden al médico cuando los síntomas son frecuentes o molestos. Sin embargo, es muy importante solicitar atención médica cuando los síntomas de dispepsia se asocian a otros signos o síntomas que se consideran de alarma, entre los que se encuentran:
- Perder peso sin que el individuo se encuentre en un régimen de dieta o ejercicio.
- Presentar hemorragia de tubo digestivo, la cual se puede manifestar por evacuaciones oscuras o anemia.
- Que se tenga dificultad para tragar alimentos.
- Presentar vómitos de manera persistente.
- Antecedente de cáncer de estómago o de esófago en la familia.
También es conveniente que acudan al médico las personas mayores de 45 a 50 años que inicien con síntomas de dispepsia.
Como se señaló previamente, la dispepsia más que una enfermedad es un conjunto de síntomas que pueden ser ocasionados por varios padecimientos. Afortunadamente, la causa más frecuente de estos síntomas es un padecimiento benigno, denominado dispepsia funcional. Son múltiples los factores que contribuyen para ocasionar la dispepsia funcional e incluyen alteraciones de la motilidad (la manera en que el estómago se mueve y se acomoda para recibir o vaciar los alimentos), una mayor sensibilidad a los estímuclos como la ingesta de comida, irritantes, el ácido del estómago, el estrés o los trastornos psicológicos como ansiedad o depresión.
Otras enfermedades, afortunadamente menos frecuentes, también pueden ocasionar los mismos síntomas; por ejemplo, las úlceras del estómago o el duodeno, el cáncer gástrico o problemas de vesícula o páncreas. A estas se le denominan causas orgánicas o estructurales de la dispepsia, a diferencia de la dispepsia funcional, en la que no se encuentra ninguna lesión cuando se estudia al paciente.
Los individuos que fuman y aquellos que utilizan analgésicos antiinflamatorios tienen más posibilidades de tener síntomas de dispepsia, muy probablemente asociados a alteraciones estructurales como la úlcera gástrica o duodenal. Los pacientes con trastornos psicológicos como depresión o ansiedad sufren con mayor frecuencia de dispepsia.
Para aquellos individuos que cursan con dispepsia funcional, la causa más frecuente de dispepsia, generalmente no hay complicaciones. Sin embargo, algunos pacientes con saciedad temprana pueden presentar pérdida de peso.
El diagnóstico de dispepsia, lo puede realizar el médico con el interrogatorio y la exploración física. Cuando el paciente tiene historia de larga evolución, al menos 6 meses, con los síntomas descritos en el inciso 2, el médico puede decir que tiene dispepsia. En estos casos se denomina dispepsia “no investigada”. Si no hay signos o síntomas de alarma, es válido que el médico dé tratamiento y evalúe la respuesta. Cuando no hay respuesta al tratamiento o hay signos o síntomas de alarma se requiere estudiar al paciente. El estudio de elección en estos casos es la endoscopia, un procedimiento que permite ver directamente el esófago, estómago y duodeno de una persona mediante la introducción de un tubo flexible que cuenta con una cámara. La endoscopia permite descartar que los síntomas de dispepsia se deban a enfermedades estructurales como úlcera o cáncer. En ocasiones se requiere realizar también algún estudio de imagen como el ultrasonido abdominal.
- Dieta. Existe poca evidencia científica sobre el rol de la dieta en la dispepsia funcional. Algunos estudios sugieren que la dieta alta en grasa puede inducir síntomas, sin embargo hacen falta más estudios que lo corroboren. Hasta el momento las recomendaciones de los médicos se basan en sentido común, como comer despacio y regularmente, así como evitar comidas copiosas y con alto contenido graso.
- Estilo de vida. Al igual que con la dieta, existe poca información sobre si hay modificaciones al estilo de vida que pudieran ser útiles para disminuir los síntomas de dispepsia. Un estudio reciente mostró que existe un mayor riesgo de padecer dispepsia en individuos que hacen poco ejercicio en comparación con los que hacen más ejercicio. Una conclusión, que requiere ser probada, sería que aumentar los niveles de ejercicio pudiera ayudar a resolver los síntomas de dispepsia.
- Medicamentos:
- Los medicamentos que inhiben la secreción ácida son los que probablemente se usan con más frecuencia. Algunos ejemplos de estos fármacos son el omeprazol, pantoprazol, lanzoprazol, rabeprazol, ilaprazol, esomeprazol, dexlansoprazol y levopantoprazol.
- Otro grupo de medicamentos que se emplea con frecuencia en el tratamiento de la dispepsia son los denominados procinéticos. A este grupo pertencen la cisaprida, metoclopramida, itoprida, levosulpirida y domperidona, entre otros. Su objetivo es aumentar el vaciamiento gástrico, lo que permite disminuir la sensación de llenura. También evitan la náusea y el vómito.
- Neuromoduladores: algunos fármacos que se emplean para depresión han demostrado ser eficaces para mejorar los síntomas de dispepsia. Tal es el caso de la amitriptilina y la mirtazapina, entre otros. Vale la pena señalar que el objetivo que se busca con la administración de este tipo de fármacos es la disminución del dolor y esto es independiente del estado emocional del paciente. Regularmente se emplean dosis más bajas que las que se utilizan para tratar depresión o ansiedad.
- El tratamiento de erradicación de la bacteria llamada Helicobacter pylori ha mostrado ser eficaz para curar los síntomas de un proporción de pacientes con dispepsia. Esto puede ser porque los síntomas se asocien a ulceras asociadas a esta bacteria o por la inflamación que la bacteria genera. Las guías actuales sugieren que se empleen dosis altas de inhibidores de ácido asociadas al uso de 3 antibióticos por periodos de 14 días.
- Debido a que algunos de estos fármacos pueden presentar efectos indeseables, es conveniente evitar la automedicación. La selección del fármaco depende también de las características individuales y el predominio de síntomas del paciente. Por lo tanto, los fármacos, la dosis y el tiempo de tratamiento deberán ser indicados por el medico tratante.
- Terapias psicológicas: Aunque la evidencia es limitada, algunos estudios sugieren que la psicoterapia sola o en combinación con tratamiento farmacológico puede ser útil para el control de los síntomas de dispepsia. Sin embargo se requieren más estudios que puedan aclarar si este tipo de tratamientos es verdaderamente útil. Por lo pronto es una estrategia que se puede emplear en los pacientes refractarios al tratamiento convencional.
- Medicina alternativa: Hay algunos estudios que han probado acupuntura manual, electroacupuntura y electromodulación en el tratamiento de la dispepsia funcional. Aunque los resultados fueron alentadores, desafortunadamente algunos defectos metodológicos de los estudios pueden limitar la validez de los resultados, por lo que en este momento no se recomienda este tipo de terapias. Se requiere la realización de más experimentos para asegurar la eficacia y seguridad de este tipo de terapias.
En el caso de la dispepsia funcional nunca es necesaria la cirugía. En los casos de dispepsia de causa orgánica, dependiendo del diagnóstico específico, pudiera ser indicarse una operación.
Dr. Aurelio López Colombo
Hospital Ángeles Puebla