Náusea y vómito

La náusea es  una sensación desagradable  de tener ganas de vomitar. El vómito es la salida violenta del contenido del estómago a través de la boca.

Las náuseas y los vómitos pueden presentarse en forma aguda o bien ser síntomas crónicos con duración mayor de 4 semanas. Estos síntomas pueden ser acompañados por una sensación de rubor, sudoración, salivación, mareo y molestia en la boca del estómago.

La náusea y vómito pueden presentarse en  todos los grupos de edad, desde los recién nacidos hasta los ancianos. El 2 a 8% de la población general puede tener náusea o vómito, en algún momento de su vida, pero generalmente son síntomas de corta duración asociados a infecciones gastrointestinales o intoxicaciones alimentarias.

Usted debe acudir inmediatamente con el médico en las siguientes circunstancias:

  • La náusea y el vómito se presentan con dolor de cabeza intenso
  • Si tiene síntomas de deshidratación: boca seca, orina menos frecuente y en menor cantidad, debilidad, mareo
  • El vómito se acompaña de sangre fresca o digerida (como en asiento de café)
  • Tiene además dolor abdominal o en el tórax muy intenso.

Debe consultar al médico cuando:

  • El vómito dura más de 48 horas en el adulto o más de 24 horas en el niño
  • La náusea o vómito tienen una duración mayor de 1 mes
  • Ha perdido peso en forma significativa (más del 10% de su peso)

Existen múltiples causas que generan náusea y vómito, pudiendo ser agudas o crónicas, siendo las siguientes las más comunes:

  1. Asociado con quimioterapia y radioterapia
  2. Después de intervenciones quirúrgicas
  3. Ocasionado por efectos colaterales o tóxicos de medicamentos
  4. Por infecciones
  5. Enfermedad endocrina y metabólica (descontrol diabético)
  6. Enfermedades digestivas
  7. Trastornos del cerebro y del sistema nervioso autónomo
  8. Trastornos psiquiátricos (síntomas inducidos por mecanismos psicológicos).
  9. Vómitos cíclicos.

Los factores de riesgo son múltiples y diversos, ya que la náusea y vómito se presentan en escenarios muy variados, pero cuando se conoce la causa es posible evitar que se presenten, como en el mareo por movimiento, en la quimioterapia o anestesia quirúrgica; que con tomar medicamentos para el vómito o antieméticos justo antes del evento o de la administración de los fármacos que los provocan estos ceden. La náusea y vómito por medicamentos mejoran cuando se suspende el fármaco. El embarazo es causa común de náusea y vómito, la mayoría de las veces se controla con modificaciones a la dieta, pero en algunos casos se requiere del uso de antieméticos.  Las náuseas y el vómito debidos a trastornos crónicos, como problemas funcionales, trastornos psiquiátricos, trastornos endocrinos o cáncer podrían ser difíciles de tratar y quizá será necesario tomar de manera constante medicamentos para controlar los síntomas.

La deshidratación y/o el desequilibrio de electrolitos y minerales que circulan en la sangre puede ser problemático cuando el vómito es frecuente o prolongado. Esta es una de las consecuencias agudas más importantes de la náusea y el vómito. Las arcadas o el vómito violento pueden llevar a producir desgarros en la unión donde el esófago se une al estómago. Dichos desgarros pueden ocasionar hemorragia digestiva que se manifiesta por la presencia de sangre oscura o de color rojo vivo en el vómito. Las arcadas violentas pueden ocasionar moretones dolorosos o desgarros en los músculos de la pared abdominal.

La causa de un evento agudo de náuseas y vómito normalmente se determina mediante un historial clínico detallado y un examen físico minucioso. Se realizan exámenes solo cuando la causa es incierta. No obstante, la náusea y el vómito crónicos (por definición cuando los síntomas duran más de un mes), son más difíciles de diagnosticar y tratar.  

Con el fin de descubrir el diagnóstico, es bueno saber los antecedentes a la aparición del vómito:

  • La aparición repentina de fiebre, dolor del cuerpo, catarro, tos y diarrea indicaría la posible presencia de una infección (viral o bacteriana)
  • Si los síntomas empiezan después de recibir anestesia o quimioterapia, analgésicos, y antibióticos, la causa posiblemente sean los medicamentos
  • Vomitar temprano en la mañana generalmente ocurre durante el embarazo.
  • El vómito que se presenta varias horas después de la comida podría indicar la presencia de una obstrucción intestinal
  • El dolor abdominal seguido por vómito podría sugerir la presencia de una inflamación abdominal (apendicitis, pancreatitis)
  • El vómito explosivo en proyectil puede ser por una presión aumentada dentro del cerebro, (meningitis o tumores)
  • Vomitar justo después de comer podría indicar una obstrucción en el estómago aunque también podría relacionarse con trastornos psiquiátricos, como anorexia o bulimia
  • La náusea y el vómito crónicos podrían ser producto de un trastorno metabólico u hormonal (diabetes, hipertiroidismo) o por trastornos funcionales como en la dispepsia o gastroparesia.
  • El síndrome del vómito cíclico se caracteriza por vómito intenso que dura desde horas a algunos días, con períodos prolongados en los que no se presentan síntomas
  • El resultado de tener náusea y vómito durante mucho tiempo podría generar pérdida de peso o presentar mala nutrición y deshidratación, ya que se relaciona con una ingesta menor o inadecuada de nutrientes por vía oral.      

 

       Si a pesar de esto el diagnóstico aún es incierto, se pueden realizar los siguientes exámenes para obtener más información:

  • Análisis de sangre (biometría hemática, química sanguínea, electrolitos, etc.)
  • Radiografías del aparato digestivo, abdomen o cerebro (radiografías simples, tomografía computarizada y resonancia magnética), exámenes que evalúan el tránsito intestinal
  • Endoscopia que permite visualizar directamente el esófago, estómago y primera parte del intestino delgado en busca de anomalías en la mucosa u obstrucciones que pudieran provocar los síntomas

El tratamiento específico de la náusea y vómito depende de la causa, pero las siguientes medidas generales sirven para todos los pacientes. El ingreso al hospital es más común entre los ancianos y los niños pequeños porque se deshidratan rápidamente.

  • Corrección de la deshidratación y el desequilibrio de líquidos y electrolitos: Se tratan mediante la administración intravenosa de soluciones fisiológicas que tienen agua y sales.
  • Apoyo nutricional: Cuando los pacientes no pueden ingerir alimentos puede ser necesario dejarlos en ayuno. Cuando el paciente vuelve a comer, primero se le administran líquidos claros y la alimentación debe avanzar a tolerancia. En casos de síntomas crónicos y graves, se puede dar alimentación por sonda (nutrición enteral) y en ocasiones, a través de la vena (nutrición parenteral).
  • Medicamentos: Existen diversos tipos de fármacos que controlan la náusea y el vómito. Entre éstos están los procinéticos (metoclopramida, levosulpirida, ondansetrón), los antihistamínicos (dimenhidrinato) y otros como las fenotiacinas y benzodiacepinas
  • Estimulación gástrica: La implantación en la pared gástrica de un dispositivo conectado a electrodos a manera de un marcapaso, es una posible alternativa para pacientes con náuseas y vómito refractarios (son prolongados y cuando el tratamiento farmacológico con diferentes esquemas de medicamentos no logra controlar los síntomas).

El tratamiento quirúrgico depende específicamente si la causa generadora de las náuseas y vomito es por una padecimiento gastrointestinal cirugía como en el caso de la colecistitis aguda, apendicitis, obstrucción intestinal, etc. Utilizar la estimulación gástrica implica realizar un procedimiento quirúrgico para implantar un dispositivo electrónico en el abdomen, con cables (electrodos) conectados a la pared del estómago. Se usa en casos graves que no responden al tratamiento médico.

Dr. Julio César Soto Pérez.
Departamento de Gastroenterología
Hospital Central Sur de Alta Especialidad, Petróleos Mexicanos.

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